Por: Mireidis Marcano. Mag. Derechos Humanos y Democracia en Iberoamérica.
La semana pasada, hablando con mi hija de 12 años sobre el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, me dijo con mucha energía - ¡Yo amo la ciencia! Y me encantó ver su rostro de alegría y los pequeños saltos que daba, mientras repetía esa expresión y yo le preguntaba ¿por qué? Y ella me decía -porque es tan divertida, hay tantas cosas interesantes-.
Definitivamente ese hecho, me maravilló porque significaba un cambio generacional. Yo nunca, a su edad hubiera dicho algo parecido porque para mí las ciencias entraban en el reino del terror “Las Tres Marías” las llamaban en mi pueblo, para refiriese a la matemática, la física y la química, siendo una proeza aprobarlas, además de ser del manejo de los súper genios en los cuales yo no me incluía.
¡Qué bueno que los tiempos van cambiando! y gracias a que buena parte de los grupos que componen la sociedad como los movimientos feministas, las organizaciones internacionales de derechos humanos, los Estados y las familias han hecho consciente que no existe una diferencia de género que impida que las mujeres y las niñas participen del conocimiento científico nuestra incursión se ha ido ampliando lenta, pero sostenidamente en los últimos años.
Sin embargo, ello no significa que estemos en el plano de la igualdad. Las mujeres en la ciencia continúan siendo una especie de “rareza” a pesar de que representamos el 49,5 % de la población mundial (ONU 2020), es decir somos casi la mitad de la población. Globalmente las mujeres representan menos del 30% de las personas dedicadas a la investigación, el 35% de estudiantes en carreras universitarias de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés). Sólo el 3% de las estudiantes de la educación superior, escogen realizar estudios en el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC); el 5% ciencias naturales, matemáticas y estadísticas; el 8% ingeniería, manufactura y construcción y un 15% salud y bienestar (scidev, 2019). Para 2017, la mayor proporción de investigadoras femeninas se encontraba en Asia Central con un 48,5%; seguida de América Latina con un 45,8%, mientras que hubo un 40,9% para los Estados árabes, un 39% para Europa Central y Oriental y un 32,9% para América del Norte y Europa Occidental, por mencionar algunas cifras (Institute for Statistics, UNESCO, 2020).
Y es que la brecha de género, en este campo, sigue siendo importante y en algunos casos abismal. En 2020, Andrea Ghez recibió el premio nobel de Física por su investigación: el "más exótico secreto" del universo, el agujero negro, y la francesa Emmanuelle Charpentier y la estadounidense Jennifer Doudna en Química por reescribir el “código de la vida”. Sin embargo, sólo 22 mujeres han ganado el Premio Nobel de física, química o medicina desde que Marie Curie lo obtuvo en 1903, en comparación con 572 hombres que lo han recibido.
Lo anterior nos muestra que sigue siendo inusual la incursión de las mujeres en la ciencia, pero ¿por qué? ¿existen diferencias biológicas, genéticas entre hombres y mujeres para aprehender el conocimiento científico? Según la UNESCO,
...la brecha de género en STEM no resulta de diferencias de género en los factores biológicos, la estructura y el desarrollo cerebral, la genética, la neurociencia y las hormonas.
Los hallazgos sugieren que el aprendizaje está sustentado en la plasticidad neuronal: capacidad del cerebro para ampliarse y formar nuevas conexiones y el desempeño de la educación, está influenciado por la experiencia y puede mejorarse mediante intervenciones dirigidas. (UNESCO, 2019).
Asimismo, el proyecto ‘STEM and Gender Advancement’ (SAGA) de dicho organismo, reveló que:
...la brecha de género en ciencia aumenta significativamente en la transición desde los niveles de Bachiller a los niveles de postgrado (por ejemplo, niveles de Maestría y Doctorado) y hacia la investigación y las carreras profesionales. El mayor nivel de deserción se encuentra en el nivel de postgrado …, a pesar de la gran cantidad de tiempo invertida en su educación antes de la vida laboral. Son varios los factores que afectan la transición femenina a las carreras STEM, incluyendo la compatibilidad que se percibe entre algunas de estas disciplinas con la identidad femenina, las obligaciones familiares, el ambiente y las condiciones laborales.
Es inevitable, entonces hacer una referencia a los estereotipos de género, que social e históricamente determinan lo qué es ser mujer y su hacer y de lo qué es ser hombre y su hacer. En tal sentido, aprendimos que esas materias no eran para mujeres, que había que tener una super inteligencia que no teníamos o que estás carreras estaban destinadas a personas que tuvieran basto recursos económicos.
La ciencia, la tecnología, la innovación, la política, la academia y la investigación han sido espacios de poder masculino y prestigio. Cambiar esos patrones es afectar los intereses de quienes los han ocupado históricamente. Es difícil para algunos varones reconocer la capacidad femenina para ocupar esos espacios, en igualdad de condiciones” (Gloria Bonder, coordinadora de la Cátedra UNESCO Mujer, Ciencia y Tecnología en América Latina, a SciDev.Net, 2019).
Sin contar, las barreras que en el desarrollo de sus vidas pueden encontrar algunas adolescentes por tener que trabajar rápidamente para ayudar o sostener a sus familias, o porque tuvieron un embarazo a edad temprana o no deseado, o porque simplemente piensen que será muy difícil acceder a un empleo o desarrollarse en ese campo debido a la competencia y la falta de oportunidades. Factores como la situación de pobreza, los estereotipos de género, las desigualdades en el campo laboral por razones de género pueden influir en que las mujeres y las niñas se limiten para participar en el campo científico.
En gran medida el que las mujeres y las niñas incursionen menos o no se mantengan en la ciencia tiene que ver con los estereotipos de género, las estrategias que desarrollemos, las oportunidades que la sociedad y el Estado les puedan brindar. La educación y la igualdad de género forman parte de la Agenda 2030 y las disciplinas de STEM son la base de dicha Agenda para el desarrollo sostenible:
la educación en estas asignaturas puede proporcionar a quienes las estudian, los conocimientos, las habilidades, las actitudes y las conductas necesarias para crear sociedades inclusivas y sostenibles. Dejar fuera a niñas y mujeres de la educación en STEM y en las carreras de estas áreas constituye una pérdida para todos. (UNESCO, 2019).
Apoyemos a nuestras niñas para incursionar en la ciencia, eliminemos la etiqueta de Lobo Feroz al campo científico, incorporemos nuevas estrategias de enseñanza-aprendizaje, pensemos en otros tipos de juguetes y de juegos. En la escuela busquemos ejemplos en la historia de mujeres científicas, contemos con más profesoras que enseñen ciencias y que sean inspiradoras para las estudiantes, tomemos en consideración las necesidades de aprendizaje de las niñas, erradiquemos las distinciones entre niños y niñas para acceder y desarrollar el conocimiento, construyamos y permitamos que las niñas construyan otra forma de ser mujeres.
El 22 de diciembre de 2015, la Asamblea General estableció el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia para reconocer el importante rol de las mujeres y las niñas en la ciencia y la tecnología, así como lograr su acceso y la participación plena y equitativa en este campo del conocimiento. Y es que amar la ciencia es un acto de solidaridad con el universo, con la naturaleza, porque implica conocerlo, comprenderlo e integrarnos de la manera más armoniosa posible y de esa experiencia no deberíamos privar a nadie.
Referencias:
Digital, M. (2020, October 07). Mujeres que han ganado el Premio Nobel en toda su historia. Retrieved February 01, 2021, from https://www.milenio.com/cultura/mujeres-ganadoras-del-premio-nobel
Elizondo Lucci, C. (2019, February 11). Ciencia y género: Hechos y cifras. Retrieved February 01, 2021, from https://www.scidev.net/america-latina/news/ciencia-y-genero-hechos-y-cifras/
Institute for Statistics, U. (2020). Women in Science (60th ed., pp. 1-4, Tech. No. 60). UNESCO. doi:http://uis.unesco.org/sites/default/files/documents/fs60-women-in-science-2020-en.pdf
ONU. World Population Prospects 2019. Highlights. (2019). Retrieved February 1, 2021, from https://population.un.org/wpp/Publications/Files/WPP2019_Highlights.pdf
UNESCO. Descifrar el código: La educación de las niñas y las mujeres en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) (pp. 1-83, Publication). (2019). Paris, Francia: UNESCO. doi:https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000366649
UNESCO, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. (2020, June 08). Retrieved February 01, 2021, from https://es.unesco.org/commemorations/womenandgirlinscienceday
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